Día gris

Cuando te sientes vago, triste, sin fuerzas, sin aspiraciones, sin recursos, sin palabras...
Cuando te levantas sin quererte levantar, cuando sales sin querer salir, cuando hablas sin querer hablar, cuando ríes sin querer reír. Cuando ves que el mundo a tu alrededor da vueltas y más vueltas y tú no eres capaz de seguirlo ni con la mirada. Cuando todo va más rápido de lo que desearías.

Cuando no puedes dejar de tocar las melodías más lentas de tu cancionero. Cuando eres presa de los acordes más tristes. Cuando no puedes escapar de ese maldito Re menor que te taladra por dentro, que te hace sentir pequeño, vulnerable.

Cuando te preguntan si te ocurre algo, tú contestas que no y ellos siguen insistiendo. Cuando directamente te dicen que estás mal, que te ven decaído, entristecido. Cuando tú te limitas a fingir una sonrisa y decir que todo va bien, que no hay de que preocuparse.

Y es que es verdad. Todo va bien.
Pero no puedes evitar pensar que dejas algo atrás.

Cuando sientes que el cronómetro corre y tú aún sigues en la línea de salida.

1 comentario:

Nuria dijo...

Cuando sientes todo eso, también sientes que nada ni nadie te puede sacar de ahí en ese momento. Pero lo peor es que hay veces que es verdad, que nadie te puede sacar de ahí porque cuando te preguntan si estás bien hay veces que lo hacen por costumbre...