- Claro que confío. No me has dado razones para no hacerlo, al contrario.
- ¿Entonces?
- Puede que me vaya mejor solo.
- Pero tú no estás solo...
El silencio midió nuestras palabras
- No pretendo alejarme.- Ni yo lo haré. Aunque no me dejes acercarme, estaré a tu lado aún con más fuerza que antes. Como una vez me dijiste tú: No voy a dejarte caer; si tú caes, yo caigo contigo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario