Eso no

Puedes pedirme que deje los estudios. Puedes pedirme que deje un trabajo. Puedes pedirme que deje mi casa, mi barrio, mi ciudad, mi país, mi continente, mi mundo... Puedes pedirme que deje de comer, de beber, de dormir. Incluso podría ser capaz de dejar mi familia, mis amigos, mi vida. Pero no puedo dejar mi guitarra, ni mi música, ni mi voz.

No te pido que compartas mis gustos, sólo que comprendas que ese soy yo. Me gusta tocar y me gusta cantar, y lo hago a todas horas todos los días porque sí, porque quiero. Porque es lo único que me llena de verdad.

Y si no me aguantas vete, márchate, en serio. Yo no voy a cambiar.
Siempre estaré aquí, con mi guitarra a cuestas.
Porque puedes pedirme que renuncie a todo, pero no a mi música.

3 comentarios:

María~Ámbar dijo...

me encanta esta entrada (:

Jose González dijo...

Pues sé de una persona a la que la va a cabrear.

Nuria dijo...

Me gusta esta entrada, es acertada. Y no cambies, yo también amo la música y sé que es una de las pocas cosas en esta vida que no me va a defraudar.