Recorría el bosque con miedo e inseguridad, tratando de observar bien cada recodo, oculta bajo sus rojizos ropajes.
No procedía de ningún sitio que quisiese recordar y su única alternativa era caminar hacia delante. Pero aquel camino se hacía cada vez más dificultoso y laberíntico.
Los claros parecían lagunas y las lagunas tan sólo cráteres en la tierra. Una tierra desconocida para ella.
Pero no se rendiría. Nunca.
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