Diario de un romántico suicida

Es una mañana luminosa, los naranjos huelen a azahar y las chicas pasean en falda corta. El borboteo del agua brotando de la fuente sacia mis oídos, poco amantes del silencio. Estoy sentado en el césped del campus, bebiéndome una Coca-Cola mientras escribo estas líneas en la misma página del cuaderno donde, hace unos minutos, tomaba apuntes de Economía de los Medios Audiovisuales. De repente, alguien se me acerca y me toca el hombro.
- Perdona, -me dice una chica titubeante pero educada- ¿te importaría decir una frase para nuestro corto? Es para una práctica de realización.
- No. ¿Qué tengo que decir? -me ofrezco amable.
- Mira, tienes que venir de detrás de aquella fuente y luego chocarte con ella- señala a una chica que lee concentrada unos papeles-. Cuando tire las cosas al suelo vas a ayudarla a recogerla y después se irá. Entonces le tendrás que decir: "de nada eh". Así como en tono irónico.
- Vale, entiendo. ¿Ya está?
- Sí, sólo eso. ¡Muchas gracias! -me sonríe tras sus gafas de pasta y me coge del brazo para llevarme al "set de rodaje".

"Una hoja seca se ha quedado
colgando de una telaraña.
Ahora baila un vals para nosotros."

Es una chica alta (al menos más que yo) y va vestida con un pantalón vaquero y unas zapatillas deportivas. Prendas que contrastan con la camisa y la americana que rematan su atuendo.
- Bueno, ¿grabamos o qué?- dice otro chico, que lleva una cámara en la mano y unos cascos al rededor del cuello.
- Sí, sí -le contesta la chica que me lleva del brazo y luego se vuelve a dirigir a mí-. Ese es Nico, se lo toma todo demasiado en serio y a veces es insoportable. Ah, por cierto, yo soy Andrea.
- Yo Jose, encantado- duda si darle la mano o dos besos pero como ella no hace ningún amago me quedo inmóvil y miro a la otra chica, que en este momento deja de mirar sus papeles y levanta la vista- Y ella, ¿cómo se llama?
- Laura- contesta

"Una flor de azahar cae sobre nuestras cabezas,
girando y girando,
primavereando, primavereando."