Tiempo

INT. SALÓN. DÍA.
Es un salón sobrio, vacío. Las paredes están pintadas de un color apagado casi imperceptible. De una de ellas cuelga un reloj de pared igual de sobrio, circular, simple. Las manillas marcan las doce menos cuarto mientras hacen un ruido exageradamente intenso:
JAIME ANCIANO:
El tiempo. Qué extraño concepto el tiempo. Todo el mundo da por hecho que avanza siempre hacia delante y, sobre él, nuestras vidas. Desde que nacemos hasta que morimos. Todo el mundo da por hecho que es inevitable, y se deja arrastrar por sus arenas. Pero yo nunca lo creí así.

La aguja del segundero para en ese momento. Puede verse a JAIME ANCIANO de espaldas, sentado en un sillón, contemplando el reloj. Aunque no se le aprecia el rostro, por las canas se intuye que es una persona mayor.


INT. COCINA. DÍA.
Es una cocina pequeña, pero muy equipada. La mayoría de los utensilios están encima de encimeras y muebles o colgados de las paredes. JAIME NIÑO entra corriendo y trata de esconderse debajo de una mesa. Tras él entra su MADRE. JAIME NIÑO puede ver sus piernas. Lo está buscando. Se va. Él se ríe.
JAIME ANCIANO:
Desde pequeño, supe que tenía una capacidad que no tenían otras personas. La capacidad de pararlo.

JAIME NIÑO sale de debajo de la mesa, pero antes se golpea con ella, haciendo que el montón de platos que hay arriba se tambaleen y se precipiten hacia el suelo, pero el tiempo se detiene y no llegan a tocar el suelo.


EXT. CALLE. DÍA.
Es una avenida muy transitada. Todo el mundo camina deprisa. Inverosímilmente deprisa.
JAIME ANCIANO:
Todo el mundo está acotumbrado a vivir deprisa, bajo el yugo del tiempo. Correr para crecer. Correr trabajar. Para tomar decisiones, para tener hijos, para comprarse una casa. Para morir.

Aparece JAIME ADULTO caminando muy despacio, haciendo contraste con el resto de transeúntes.
JAIME ANCIANO:
Yo, sin embargo, he tenido tiempo para pararme y pensar. Contemplar cada momento, meditar cada paso, regocijarme en cada triunfo.


EXT. PARQUE. DÍA.
Una MUJER está sentada en un banco del parque, sola, de espaldas. JAIME ADULTO llega y se sienta junto a ella. Se abrazan.
JAIME ANCIANO:
Tuve tiempo de observar a todas las mujeres y elegir a la mejor de las esposas.


INT. HABITACIÓN. DÍA.
Es una habitación de niño pequeño, pintada de azul, pero todo está vacío. Sólo hay una cuna en el centro, también vacía, pero se oyen balbuceos de bebé. JAIME ADULTO y su MUJER están asomados a la cuna.
JAIME ANCIANO:
Tuve tiempo de criar y educar al mejor de los hijos.


EXT. CASA. DÍA.
Puede verse una casa preciosa, grande y con jardín.
JAIME ANCIANO:
De comprar la mejor casa.


EXT. CALLE. DÍA.
Puede verse un coche rojo reluciente, recién comprado.
JAIME ANCIANO:
El mejor coche.


EXT. CEMENTERIO. DÍA.
Puede verse un mausoleo grande, con dos tumbas. En los epitafios pone "Mujer de Jaime" e "Hijo de Jaime".
JAIME ANCIANO:
E incluso el mejor entierro para mi familia.

JAIME ANCIANO está de pie frente a las dos tumbas, con un ramo de flores en las manos. Lo suelta en el suelo, entre ambas.
JAIME ANCIANO:
Y es que esta capacidad no sólo tiene aspectos positivos. Mi corazón también se ha acostumbrado a vivir ajeno al paso del tiempo y los años no han hecho la misma mella en mí que en el resto de mis seres queridos.


INT. SALÓN. DÍA.
Vuelve a verse la misma pared del inicio. El mismo reloj. El mismo sillón.
JAIME ANCIANO:
Así que ahora estoy aquí, sólo. Viviendo en un mundo que avanza demasiado deprisa para un hombre como yo. Acostumbrado a la paz, a la tranquilidad y al silencio de una vida que fluye a mucha menor velocidad.

Por la iluminación puede intuirse que la tarde se está cerrando. El reloj ya marca las ocho y veinte.
JAIME ANCIANO:
Ya sólo me queda esperar. A que todo acabe. A que el tiempo se detenga.

Las agujas se detienen.


NEGRO


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