Queridos Melchor, Gaspar y Baltasar

Soy un chico sevillano, de diecisiete años. Moreno, bajito y un poco raro para mis cosas. Me gusta la música y el arte, y, para ser sincero, me gustaría tener un futuro dentro de ese complicado mundo. Sé que va a ser duro, y que voy a necesitar muchísima suerte, pero no voy a pediros vuestra ayuda para conseguirlo. Este año no quiero pedir nada para mí. Creo que tengo todo lo que quiero y, si no fuese así, aquello que me falte no debe ser tan valioso si no me he percatado de ello. Lo que voy a pediros está más relacionado con aquellas personas que están junto a mí en este accidentado viaje al que llamamos vida. Por supuesto a mi familia, pero, sobre todo, a mis amigos. Mis amigos de verdad.

Comienzo con mis padres, a los que les pido comprensión, mucha comprensión, y confianza. Ya se sabe que los adolescentes somos complicados y que a veces hacemos cosas sin pensar en sus consecuencias, pero algún día maduraré. Lo que es imposible es que aprenda a volar solo si nunca me dejan salir del nido. Creo que ahora que voy a ser mayor de edad es momento para que se den cuenta de que puedo ser responsable de mis propias acciones. Para mis hermanas sólo pido serenidad, a una para que se tome las cosas con más calma y sepa ver todo lo bueno que la rodea, y a otra para que no corra tanto, para que descanse, para que los cambios no hagan de ella una persona distinta de la que siempre quiso ser.

Y ahora voy con mis amigos:

Para María pido felicidad. Felicidad en su nueva etapa que tanto me ha costado entender.

Para Ana, que siga sonriendo. No para evadirse de sus problemas, sino para afrontarlos como ella sabe. Porque tiene esa luz que hace que cuando ella es feliz los que la rodean también lo sean. Sólo por eso se merece serlo.

Para Manu... confianza, en sí mismo y en los demás. Que sepa quien es, cómo es, y a quién tiene a su lado. No me gustaría que nada ni nadie cambiasen nunca su forma de ser.

Para Patri y Nuria valentía. Valentía para dejar atrás sus miedos, para cojer las riendas de su vida y llevarla hasta donde nunca se atrevieron. Para liberarse y hacer todo lo que nunca hicieron. Para que aprovechen cada segundo de este incómodo momento entre el nacimiento y la muerte. Para que sean felices de verdad.

Para MªCarmen quiero cercanía, transparencia, conocer de nuevo sus miedos, sus inquietudes, saber sus pensamientos y sus opiniones. Que termine de desparecer esa espesa capa de reproches pasados que aún nos separa.

Para Cristina... que nunca cambie. Creo que, como yo, es feliz ahora y puede llegar a serlo en cualquier circunstancia, pero quizás necesite también ese valor que he pedido para Nuria y Patri. Más que nada para que de ese salto, para que se revele, para que nos sorprenda a todos.

Para Tere y Emilio me vale con que sigan juntos. Se necesitan el uno al otro, y sobre todo lo que ambos se aportan. Emilio necesita el cariño de Tere y Tere la estabilidad de Emilio. Yo no puedo imaginármelos el uno sin el otro.

Para Sandra pido unas cadenas que le mantengan los pies en la Tierra. Es bueno soñar y sobre todo cumplir esos sueños, como ella está haciendo. Pero se necesita mucha fuerza para no dejarse llevar por todo lo que el triunfo conlleva. La humildad es la mayor cualidad de un artista. Espero que nunca se le olvide.

Para Rubén pido suerte. Suerte para que le vaya bien en los estudios pero sobre todo para que encuentre a una chica que lo merezca de verdad y que lo ame, no por sus caricias ni por sus besos, sino por lo que vale como persona, que no es poco.

Para Gema, ¿qué pedir? ¿Amor? ¿Éxito? ¿Paciencia? Puede que le hagan falta muchas cosas, o que no necesite nada. Puede que a veces parezca frágil, pero cuando quiere es capaz de sacar una gran voluntad y fuerza. Es una chica increíble, con muchas cualidades. Por eso voy a pedir simplemente que avance, que sueñe, que corra hacia la meta. Que sepa que todo es posible y que nada ni nadie podrá arrancarle nunca ni las alas, ni las ganas de volar.

Para Álvaro pido una madurez inmediata, pido que asiente la cabeza y comience a pensar un poco en los demás. Que se de cuenta de que sus acciones tienen consecuencias. Es buen chico, pero muy insensato.

Y para Luis, bueno, quizás certeza en sus decisiones. La vida es muy colorida, muy variada. Hay muchas opciones que elegir y muchas también donde tropezarse. Pero confío en que sepa hacerlo de la mejor de las maneras. No se merece más decepciones.

Puede que sea un poco tarde para escribiros. Puede que no encontréis lo que quiero, o puede, incluso, que ni llegue nunca esta carta a vuestras manos. Pero la esperanza es lo último que se pierde, ¿no?

Gracias por escucharme.

Humildemente,

Jose