Pequeña

Esta tarde, como cada jueves, me toca entrenar a los pequeños. Creo que es el día de la semana en que más motivado vengo al trabajo. Esos renacuajos serán algún día grandes nadadores y sé que en parte será gracias a mí. Eso me alegra.
Me cambio rápido y entro en el recinto. El calor ya empieza a abrir los poros de mi piel. Es sofocante que esté la carpa puesta aún con el calor que hace, así que me quito la camiseta, la dejo sobre un banco y me doy una ducha fría. 
Entonces cierro los ojos un momento y cuando los abro me encuentro a los suyos. 
Acaba de salir del vestuario. Tiene trece o catorce años pero me mira como una adulta, y eso hace que me sienta incómodo.
- ¡Empecemos el calentamiento!

Es una chica tímida. Apenas se relaciona con sus compañeras y, de hecho, apenas abre la boca para decir o preguntar nada. Se dedica únicamente a nadar, y a mirarme. Me gustaría saber en qué piensa mientras lo hace.
El aire es denso, el tiempo lento y sus ojos brillantes e ingenuos. Me gustaría saber en qué piensa.

Doy por finalizado el entrenamiento y me dirijo al vestuario de monitores. Como siempre, al final han conseguido meterme en el agua con ellos. Son unos pequeños embaucadores.
Camino por el pasillo, en chanclas, mojando el suelo por el que piso. Recorriendo el camino que me llevará al lugar de donde nadie sabrá sacarme ya. 
Abro la puerta y encuentro la trampa.
- ¿Qué haces aquí Anita?

No hacía falta contestar. Su mirada lo decía todo. Pero estaba en mi obligación de negar que aquello pudiese haber pasado. Una niña apenas entiende de cosas de adultos.
- Le he traído una carta.

No quería leerla. Pero lo hice. Y descubrí que las palabras de amor suenan más grandes cuanto más pequeña es la mano de la persona que las escribe. Me da por sonreír, y luego la abrazo.

Supimos que no había nada que explicar. Aunque una niña apenas entienda de cosas de adultos, tú ya sabías que lo nuestro era imposible. 
"Lo nuestro". Me hace gracia. 

1 comentario:

Nuria dijo...

Jaja. Me hace gracia =P
Pero que conste que en mi caso no llegué nunca a tales extremos,eh.