No conseguí comprender el objeto de tu insistencia, pero no quería perder más tiempo reflexionando irreflexiones. Así que acepté mi tortura como lo hicieron tantos otros mártires en el pasado.
La música no puede hacer daño -me dije. Y los primeros acordes ya desmintieron mis palabras. No hizo falta ni el redoble ni la fe.
Con cada rasgueo me rasgaba el alma. Con cada verso la inundaba. Me había convertido en el trovador de un romance que antes era el mío. Ya era tarde.
¿Lo peor? Escribir pensando en ti, y que tú pienses que habla de él. Será una canción llena de sentimientos contradictorios y estribillos malinterpretados. Olerá a literatura.
¿Lo mejor? Que sé que sonreirás al escucharla de mis labios.
1 comentario:
"Me había convertido en el trovador de un romance que antes era el mío."
A veces te ofuscas tantos que no ves la literatura de TU vida
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