Despedida

Abro los ojos y despierto en un lugar extraño. No es desconocido pero sí inesperado. No sabría explicar por qué estoy allí pero al incorporarme me quedo un rato sentado, observando cómo sale el Sol.
La gente, madrugadora, camina observándome con miradas que ni comprendo ni me interesa comprender. Es el mejor momento del día y no me lo van a estropear,

La noche fue larga, triste, oscura. Me había convencido de que tendría fuerzas para divertirme pero las circunstancias no lo permitieron. No supe despedirme como debiera.
No hubo sonrisas.

La primera brisa de la mañana se lleva mis recuerdos difusos...

1 comentario:

Gema dijo...

Siempre va a haber otra ocasión, no la misma, sí otra y serás "otro" quizás justamente ese que puede despedirse.

Una despedida es algo relativo ya que un amigo nunca se va, sólo un hasta pronto, hasta que un día coincidáis por la calle.

Hay quien nunca se podrá ir