Ahora recuerdo nítida la noche en aquel bar; el mar detrás de mí y esta vez es de verdad. Suena Ivan Ferreiro y entre canción y canción nos da por sentarnos junto a la valla que nos separa de la playa, y de su hechizo.Azul como el mar que pintamos,detrás del oleaje de nuestro paisaje,con nuestras manos.
No hace demasiada calor, pero tanto baile hace que brille tu nuca ahora desprotegida. Acabas de recogerte el cabello con una pinza en forma de mariposa y sonríes preguntando lo razón de mis incisivas miradas. "Estás preciosa" me limito a responder.
Entonces ríes, te pones en pie y te incorporas sobre la valla: "el mar si que es precioso". Te doy la razón y me coloco a tu lado, pero estás graciosa esta noche y con la agilidad y la elegancia de un felino consigues levantar tu delicado cuerpo por encima de la estructura de madera que te separa de la arena. Ahora ya nada se interpone entre tú y aquel hermoso azul.

Comienzas a correr por la playa desierta y yo, enamorado de tu locura, me apresuro a seguirte, pero por más que lo intento no soy capaz de alcanzarte antes de que tus pequeños y descalzos pies se fundan con las saladas aguas. Te detienes en seco, y yo detrás de ti.
Fue entonces cuando nos prometimos amor. Un amor que jamás se cumplió, pero que siempre quedará grabado en abrazos sobre la arena y besos frente al mar. La noche fue testigo de nuestro fuego y no dejará que olvidemos que una vez fuimos los dos amantes de un mismo juego. Nuestro juego.
Azul como el cielo estrellado al que miramossin darnos cuenta de que el azul se nos va...
1 comentario:
ME ENCANTA. esta entrada es perfecta.
"La noche fue testigo de nuestro fuego y no dejará que olvidemos que una vez fuimos los dos amantes de un mismo juego. Nuestro juego." adoro esas frases
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