Cazadores de estrellas

Seguramente hubo más momentos que recuerdos nos queden de aquella noche, pero jamás olvidaré todo lo que vivimos. El cielo se extendía oscuro, terso y frío, pero la luz de miles de farolillos  de colores iluminaban nuestros logros.

Una botella de manzanilla, palmas y nuestras gargantas entonando las más bellas sevillanas. Fue todo lo que necesitamos para bailar como si no hubiese mañana.

Y cantamos, y reímos, y nos creímos infinitos. Tratamos de cazar estrellas y nadar entre nubes de algodón de azúcar, pero nos quedamos en tierra disfrutando de la mejor compañía que podíamos desear.

Esa noche comprendí a qué se refería Nietzche cuando dijo que la mejor forma de conocer la vida es viviéndola.







1 comentario:

Gema dijo...

Hubo más momentos que recuerdos... Igual que sentimos más emociones que células tiene nuestro cuerpo :)

Ains, mare, le tengo celos :)